ETERNAMENTE PURO
DESDE 1840
Después de haber comprado la «Hacienda de Arriba» en 1840, Francisco Martínez Carranza establece una taberna para la fabricación de Tequila, la cual posteriormente seria conocida como «La Martineña». Al morir este hereda a su esposa Ana María Gómez Rodríguez en el año de 1864 la taberna, quien la sigue trabajando. La fabrica pasa a ser propiedad del hijo de ambos Francisco Martínez Gómez, quien se casa en segundas nupcias con María Catalina de Jesús Jimenez Jiménez, y quien a la muerte de su esposo hereda la fabrica y se empieza a denominar a su Tequila, ya para entonces de gran fama y renombre, como «Viuda de Martinez».

Retrato de María Catalina de Jesús Jiménez Jiménez la famosa “Viuda de Martínez” y su hija Guadalupe Martínez. Fuente: Museo CJV

Retrato Roberto Ruiz Rosales. Fuente: Archivo Lita Ruiz
A la Muerte de Maria Catalina de Jesús Jimenez Jimenez, queda como heredero el Sr Manuel Flores Enríquez (Su viudo), quien la trabaja hasta su muerte dejando todos sus bienes en intestado. Los hijos de este la trabajan hasta que en 1942 pasa a manos de Roberto Ruiz Rosales, uno de los industriales tequileros más importantes del siglo XX y quien ayuda a cimentar la industria del tequila como se conoce hoy en día, en cuya familia ha permanecido desde entonces, produciéndose además durante ciertos periodos de tiempo en las fábricas de la familia Ruiz localizadas en Tequila, La Laja, y El Arenal, todas en el estado de Jalisco.
Siempre buscando la excelencia y la calidad que lo ha llevado a ser el Tequila Eternamente Puro.